Superar las barreras para los niños con eczema y alergia alimentaria
La dermatitis es una inflamación localizada de la piel. En general, la inflamación se refiere a una condición en el cuerpo cuando está tratando de reaccionar a una lesión localizada de los tejidos. Los signos de inflamación incluyen algunos o todos los siguientes: enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor. La dermatitis de contacto irritante ocupacional es una inflamación causada por sustancias que se encuentran en el lugar de trabajo y que entran en contacto directo con la piel. Los signos de la dermatitis de contacto irritante incluyen enrojecimiento de la piel, ampollas, escamas o costras. Estos síntomas no se producen necesariamente al mismo tiempo ni en todos los casos. Este tipo de dermatitis está causada por sustancias químicas que son irritantes (por ejemplo, ácidos, bases, disolventes de grasa) para la piel y se localiza en la zona de contacto. Otro tipo de dermatitis de contacto, la dermatitis alérgica de contacto, es diferente porque es una respuesta alérgica al contacto de la piel con algún material que causa alergia (por ejemplo, la hiedra venenosa). Otra diferencia es que la dermatitis alérgica puede producirse en otros lugares del cuerpo que no han estado en contacto con el material causante de la alergia.
Opiniones de expertos de todo el mundo sobre la adaptación del tratamiento
La dermatitis atópica (DA) es el tipo más común de eczema. Se trata de una afección cutánea inflamatoria crónica que se presenta como sequedad cutánea generalizada, picor y erupción. En los siete principales mercados farmacéuticos (7MM: EE.UU., Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Japón), los epidemiólogos de GlobalData descubrieron que sólo alrededor del 40% de los casos de DA serán diagnosticados a finales de este año, siendo EE.UU. el país con el mayor número de casos sin diagnosticar debido a su gran número de casos de DA.
En el conjunto de los 7MM, los epidemiólogos de GlobalData prevén casi 100 millones de casos prevalentes totales de EA en 12 meses, de los cuales sólo 42 millones serán diagnosticados a finales de año (como se muestra en la figura 1). Estos datos de previsión demuestran que alrededor del 40% de las personas con EA son diagnosticadas por un médico. Esta baja tasa de diagnóstico se debe principalmente a un diagnóstico erróneo y a un subdiagnóstico.
Según un estudio reciente publicado por Weidinger y sus colegas en Dermatologic Therapy, las lagunas en la atención primaria incluyen la dificultad para diferenciar la EA de otros trastornos de la piel y el escaso conocimiento de los médicos debido a la falta de criterios y directrices de diagnóstico bien definidos. Estos hallazgos del estudio se basaron en una iniciativa global de calidad de la atención de la dermatitis atópica, que se lanzó en 2019 e investigó las barreras para la atención de la DA. Los métodos del estudio incluyeron una revisión de la literatura para definir los desafíos en la DA y una encuesta de 32 centros de DA a través de regiones de Europa, América del Norte, América del Sur y Asia.
Tratamientos emergentes en la dermatitis atópica (eczema)
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El nuevo paradigma en el tratamiento de la dermatitis atópica
La dermatitis de contacto proteica es una afección cutánea poco conocida e infradiagnosticada por los dermatólogos, que resulta de una reacción alérgica mediada por IgE. Clínicamente se presenta como un eczema crónico de manos y/o antebrazos de origen laboral, especialmente en profesionales que trabajan como manipuladores de alimentos. Las pruebas epicutáneas son negativas, y para diagnosticar esta afección es necesario realizar pruebas de alergia de tipo inmediato. La más sensible y práctica es la prueba de pinchazo con alimentos que el paciente refiere que le provocan un intenso picor tras el contacto inmediato con la piel. El tratamiento es sintomático, siendo obligatorio evitar el alérgeno responsable, utilizando guantes de plástico e incluso, en ocasiones, abandonando el lugar de trabajo para la resolución de los síntomas.
La dermatitis de contacto por proteínas es una afección cutánea poco conocida e infradiagnosticada por los dermatólogos. Corresponde a una dermatitis de contacto ocupacional de tipo inmediato (tipo 1, mediada por anticuerpos IgE) caracterizada por una sensación de picor inmediatamente después del contacto con la sustancia responsable.