Dolor mama lactancia

Pecho después de la lactancia

Si eres una madre que acaba de dar el pecho, los dolores comunes en las tetas pueden desanimarte. Y tal vez incluso desafiar tus objetivos de lactancia. Pero un poco de información -y algunos consejos útiles- pueden ser de gran ayuda para mantener el rumbo. (Alerta de spoiler: un enganche incorrecto suele ser la raíz del problema y una asesora de lactancia puede ayudar a resolverlo).

Problema: Conductos lácteos obstruidos Síntomas: Un pequeño bulto rojizo en el pecho que se siente dolorido o sensible al tacto es probablemente un conducto lácteo obstruido.Solución: El mejor remedio es la lactancia materna (o la extracción de leche). Aplícate compresas calientes antes de dar el pecho (o métete en una ducha caliente), date un masaje en los pechos y prueba a cambiar de postura para amamantar (el colecho deja que la gravedad te funcione). Si eres propensa a tener los conductos obstruidos, habla con tu médico sobre los suplementos de lecitina (que pueden hacer que la leche materna sea menos pegajosa). No hay estudios clínicos sobre su eficacia, pero muchas mamás confían en ellos.  Es bueno saberlo: Algunas madres recomiendan utilizar un vibrador (limpio) o un cepillo de dientes eléctrico para masajear el conducto obstruido. (Los conductos obstruidos pueden convertirse en mastitis, una infección que suele requerir antibióticos, por lo que es importante tratarlos antes de que se produzcan.

Dolor punzante en el pecho

Sí. Durante los primeros días o semanas después del parto, es posible que sienta fuertes calambres en el útero, similares a los de la menstruación, cuando la leche “baja” (empieza a fluir). Se trata de que el útero vuelve a tener un tamaño más pequeño.

Durante los primeros 2-5 días después del parto, es normal que los pechos estén congestionados (muy llenos), ya que la producción de leche aumenta. Pero si tu bebé mama (o tú te sacas leche) cada 2 ó 3 horas, tus pechos no deberían estar congestionados.

La congestión mamaria puede provocar dolor en los pechos o una infección mamaria. Así que es mejor evitarla. Cuanto más esperes para dar el pecho o sacarte leche, más incómodos y congestionados estarán tus pechos.

Si no puedes alimentar a tu bebé de inmediato, utiliza compresas calientes e intenta sacarte la leche con un sacaleches o manualmente. Una forma de extraer la leche es poner el pulgar encima de la areola y un dedo debajo. Presiona suave pero firmemente el pulgar y los dedos contra la pared torácica. A continuación, comprime los dedos para extraer (expulsar) la leche.

Cuando los bebés se enganchan correctamente, algunas madres sienten unos momentos de incomodidad al principio de la sesión de lactancia. Después, las molestias deberían remitir. Es posible que sientas un suave tirón en los pechos mientras el bebé se alimenta, pero no debería doler.

Problemas de lactancia

Cuando empiezas a dar el pecho a tu bebé, no es raro que experimentes algunas molestias en el pecho. Puede llevar un poco de tiempo que tú y tu bebé aprendáis a trabajar juntos, conseguir un buen agarre y sentiros más cómodos con la lactancia. Pero hay una diferencia entre las molestias normales en los pechos y el tipo de dolor por el que quizá quieras hablar con una asesora de lactancia. Estamos aquí para ayudarte a entender la diferencia.

Es normal que haya algo de dolor en los pezones cuando se empieza a dar el pecho. Es posible que sientas los pezones ligeramente sensibles poco después de que el bebé se agarre al pecho, durante unos 30-60 segundos. Esto debería empezar a mejorar y a ser más cómodo en las primeras semanas después del nacimiento.

Si sientes muchas molestias, sobre todo más allá de la primera vez que tu hijo se agarra al pecho, puede ser un signo de que no se está agarrando bien, de que no succiona correctamente o de que hay que ajustar su posición. Si los pezones están agrietados, tienen ampollas o sangran, también puede ser una señal de que es necesario hacer algunos ajustes. Ajustar el agarre, es decir, cambiar la forma en que el bebé rodea el pecho con la boca y coloca la lengua para mamar, o ajustar la posición, puede ayudaros a ti y a tu bebé a estar mucho más cómodos. A veces el dolor puede ser un signo de anquilosamiento de la lengua, que es cuando los movimientos de la lengua del bebé están restringidos (anudados), lo que dificulta un buen agarre. Los pezones planos o invertidos también pueden dificultar un agarre cómodo.

Pezones aplanados después de la lactancia

El número de nuevas madres que dan el pecho ha aumentado de forma espectacular en las últimas tres décadas. Existe la preocupación de que el servicio médico actual relacionado sea inadecuado. El dolor mamario es la queja más común entre las madres lactantes que buscan ayuda médica. Este estudio tenía como objetivo investigar este problema.

Se revisaron las historias clínicas de las mujeres que se presentaron con dolor en los senos en una clínica privada dirigida por un médico formado como Consultor Internacional de Lactancia durante un período de 6 meses en 2015. La mayoría de las pacientes se autorremitieron después de chatear en línea. La evaluación incluyó las características y la duración del dolor, el tratamiento previo a la consulta, las prácticas de alimentación, la dieta de la madre y el examen de las mamas. Se identificó y alivió cualquier sitio de obstrucción. A las que presentaban un dolor persistente se les administraron antibióticos. Cuando había signos de absceso o un absceso que no se podía drenar, se derivaban a un cirujano de mama.

Se atendió a un total de 69 pacientes, de las cuales 45 llevaban más de un mes de lactancia. En 22 mujeres el dolor duró más de 7 días. El tratamiento antifúngico o antibacteriano no había tenido éxito en 31 mujeres antes de la consulta. Los diagnósticos fueron congestión en cinco mujeres, obstrucción del conducto en 35, mastitis en 13, absceso mamario en seis, mala posición y agarre en siete, grietas en el pezón en dos e infección cutánea en una. Se prescribieron antibióticos por vía oral a 21 pacientes y sólo se administró un tratamiento antimicótico local a una paciente.

Author: Gustavo Ferrer