Manejo del taponamiento cardíaco #shorts #cardio #nursing
Presentamos un caso de taponamiento cardíaco ocurrido durante el curso del tratamiento de una preeclampsia severa. Una mujer de 37 años que fue sometida a una cesárea por preeclampsia severa desarrolló un taponamiento cardíaco después del parto. Aunque la pericardiocentesis percutánea mejoró temporalmente su estado, el derrame pericárdico, la disnea y la taquicardia reaparecieron 5 días después del parto. Fue necesario colocar un tubo de drenaje continuo en la cavidad pericárdica durante 5 días para mantener la función cardíaca materna. Su curso clínico fue sin incidentes después del drenaje continuo y fue dada de alta 20 días después del parto. En el presente caso no se detectaron causas de derrame pericárdico sintomático. Los médicos deben ser conscientes de esta complicación cuando la disnea se acompaña de taquicardia y aumento de la silueta cardiaca con pulmones hipolúcidos en la radiografía de tórax. En estos casos también es necesario realizar una pericardiocentesis inmediata para evitar un taponamiento cardíaco potencialmente mortal.
La intervención que salva vidas para reducir las muertes maternas
Antecedentes: El lupus eritematoso sistémico (LES) durante el embarazo con taponamiento cardíaco es un caso raro. Presentación del caso: Una mujer embarazada de 33 años se quejó de un empeoramiento de la disnea, pérdida de cabello y dolor articular. La investigación de laboratorio reveló el mal estado de la paciente, por lo que se recomendó el aborto terapéutico. La ecocardiografía transtorácica confirmó el taponamiento cardíaco y se realizó una pericardiocentesis. La prueba de ANA mostró un brote de LES y se le administró un tratamiento inmunosupresor. La repetición de la ecocardiografía demostró un derrame pericárdico mínimo. La paciente rechazó la ciclofosfamida. La evaluación ecocardiográfica de seguimiento al quinto mes reveló un derrame pericárdico mínimo. Sin embargo, la paciente se negó a ser hospitalizada. Discusión: Una combinación de pericardiocentesis y terapia inmunosupresora es una estrategia eficaz para tratar el taponamiento cardíaco en el embarazo con LES. Conclusión: Los inmunosupresores y la pericardiocentesis seguida de ciclofosfamida son las piedras angulares del manejo del LES y del taponamiento cardíaco en pacientes embarazadas.
Dispositivo de taponamiento uterino inducido por vacío para el posparto
La afectación pericárdica es esporádica durante el embarazo. Presentamos el caso de una mujer joven que acudió al servicio de urgencias con una breve historia de disnea rápidamente progresiva en su semana 38 de embarazo. La fístula arteriovenosa coronaria (FAVC) se ha descrito con poca frecuencia como causa de derrame pericárdico. Creemos que este es un caso raro de una FACV que se presenta como taponamiento cardíaco en el embarazo.
El embarazo no muestra ninguna predisposición específica a las enfermedades pericárdicas. La forma más común de afectación pericárdica en el embarazo es un derrame pericárdico leve y benigno, cuya incidencia aumenta con la duración del embarazo, alcanzando alrededor del 40% en el tercer trimestre, y que se resuelve sin problemas después del parto.1 Los derrames más grandes deben suscitar la preocupación clínica de una infección, un trastorno autoinmune o una neoplasia, que se producen esporádicamente en el embarazo. Presentamos el caso de una mujer de 34 años embarazada a término que presentó un derrame pericárdico masivo con taponamiento cardíaco.
Una mujer de 34 años acudió al servicio de urgencias en su 38ª semana de gestación con una historia de cinco días de disnea. Su disnea fue rápidamente progresiva y se encontraba en clase IV de la New York Heart Association (NYHA). No había comorbilidades previas. La presión arterial era de 106/80 mmHg, con una frecuencia cardíaca de 134 lpm y una paradoja de 14 mmHg. La frecuencia respiratoria era de 26 por minuto. Las venas del cuello estaban distendidas. Tenía ruidos cardíacos apagados.
Pulsus Paradoxus – Examen del pulso arterial
Radiografía de tórax al ingreso. Tomada en posición semisentada. Muestra cardiomegalia (ratio cardiotorácico, 55%), radiolucencia reducida de ambos campos pulmonares y marcas vasculares pulmonares prominentes.Imagen a tamaño completo
Electrocardiograma tomado en la primera visita. Taquicardia sinusal (frecuencia cardiaca, 140/minuto), elevación del ST en las derivaciones I, II, III, aVL, aVf, y V3 a V6, y bajo voltaje del QRS en las derivaciones de las extremidades.Imagen a tamaño completo
La ecocardiografía transtorácica (realizada por vía paratorácica) al ingreso reveló un derrame pericárdico masivo con evidencia de colapso de la aurícula y el ventrículo derechos. La pared del ventrículo izquierdo mostraba un engrosamiento circunferencial casi completo (15 mm) y un movimiento de la pared difusamente disminuido (fracción de eyección del 45%, Figura 3). Otras anomalías observadas eran la disfunción diastólica del ventrículo izquierdo (onda de entrada del ventrículo izquierdo, relación E:A 0,9), la dilatación de la vena cava inferior (diámetro, 19 mm), la regurgitación tricuspídea (gradiente de presión, 25 mmHg) y la hipertensión pulmonar leve (presión arterial pulmonar estimada, 35 mmHg).Figura 3