Soja hashimoto

Hipotiroidismo

En las últimas décadas, el consumo de alimentos a base de soja en Estados Unidos ha aumentado, en gran parte debido a los posibles beneficios para la salud de la legumbre y al aumento de personas que siguen dietas basadas en plantas. Según la Asociación de Alimentos de Soja de Norteamérica, la industria de alimentos de soja al por menor en Estados Unidos pasó de 1.000 millones de dólares en 1996 a 4.500 millones de dólares en 2013, con un crecimiento espectacular tras la aprobación en 1999 por parte de la FDA de una declaración de salud que relacionaba la soja con la reducción de las enfermedades cardíacas.

Además de la soja fresca (edamame), la soja seca, el tofu, la leche de soja, el miso, la salsa de soja, el aceite de soja, las alternativas a la carne, etc., la industria de la soja también ha promovido el desarrollo de suplementos de soja y el enriquecimiento de los alimentos con soja.1

Los alimentos a base de soja se han investigado rigurosamente por su papel en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas. Hay pruebas de que ayudan a reducir el riesgo de enfermedades coronarias, cáncer de mama y cáncer de próstata. También se ha demostrado que la soja ayuda a aliviar los síntomas de la menopausia, a reducir los síntomas depresivos, a mejorar la salud de la piel y a afectar positivamente a la función renal.

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La soja es: Productos de soja La soja se puede consumir de muchas maneras. Los alimentos elaborados a partir de la soja pueden dividirse en alimentos no fermentados y fermentados. Los alimentos no fermentados son el tofu, la leche de soja, el edamame, las nueces de soja y los brotes, mientras que los productos de soja fermentados son el miso, el tempeh, el natto y la salsa de soja. Algunos productos de soja son fuentes de calcio y hierro, como el tofu o el tempeh (elaborados con un coagulante de calcio) y las bebidas de soja enriquecidas con calcio. Productos de soja de “segunda generación” Existe otra clase de alimentos a base de soja que en Australia llamamos “alimentos de soja de segunda generación”. Entre ellos se encuentran las salchichas y hamburguesas de tofu, los panes de soja, la pasta de soja y los yogures y quesos de soja. También incluye los productos que contienen soja o ingredientes a base de soja, como la lecitina (aditivo 322), que puede encontrarse en algunos chocolates y productos de panadería. La soja y los fitoestrógenos La soja contiene sustancias similares a las hormonas, llamadas fitoestrógenos (“fito” significa planta), que son sustancias químicas naturales que se encuentran en las plantas. Si se dan las condiciones adecuadas, estos compuestos copian la acción de la hormona femenina estrógeno, pero son mucho menos potentes: unas 1.000 veces menos.

Riesgos de la soja para la salud

Lo que hay que saber: La soja es un alimento único, ampliamente estudiado por sus efectos estrogénicos y antiestrogénicos en el organismo. Puede parecer que los estudios presentan conclusiones contradictorias sobre la soja, pero esto se debe en gran medida a la gran variación en la forma de estudiar la soja. Los resultados de recientes estudios de población sugieren que la soja tiene un efecto beneficioso o neutro en diversas condiciones de salud. La soja es una fuente de proteínas rica en nutrientes que puede consumirse con seguridad varias veces a la semana, y probablemente con más frecuencia, y es probable que aporte beneficios para la salud, especialmente cuando se consume como alternativa a la carne roja y procesada.

Ya sea en un artículo de prensa popular o en un estudio clínico bien diseñado, sigue habiendo cierto debate sobre la soja. Como especie de la familia de las leguminosas, los científicos especializados en nutrición suelen etiquetar la soja como un alimento con potencial para aportar importantes beneficios para la salud. Sin embargo, debido a las investigaciones contrarias que sugieren posibles efectos negativos de la soja en determinadas situaciones, se ha dudado en promover la soja de forma incondicional.

Tiroides de arroz

Objetivo: Se ha sugerido que los fitoestrógenos de la soja perjudican la función tiroidea, pero se desconocen los efectos de las dosis farmacológicas de fitoestrógenos de la soja; por lo tanto, este estudio se realizó para determinar el efecto de dosis altas de fitoestrógenos de la soja (66 mg) sobre la función tiroidea en el hipotiroidismo subclínico.

Intervención: Los participantes fueron asignados aleatoriamente a un suplemento de 66 mg de fitoestrógenos con 30 g de proteína de soja (activo) o de 0 mg de fitoestrógenos con 30 g de proteína de soja (placebo) durante 8 semanas, se lavaron durante 8 semanas y luego se cruzaron durante otro período de 8 semanas.

Los alimentos a base de soja son cada vez más populares en los países occidentales debido a sus posibles efectos sobre la salud. Entre los supuestos beneficios para la salud de la soja, debidos a sus componentes fitoestrógenos, se encuentran la protección contra la cardiopatía isquémica (1-3), el cáncer de próstata y de mama (4-6), la salud ósea (7) y el alivio de los síntomas de la menopausia (8). El interés por los beneficios para la salud de los fitoestrógenos ha llevado al desarrollo de suplementos que contienen fitoestrógenos y al enriquecimiento de los alimentos con fitoestrógenos de soja (9, 10). Sin embargo, existe la preocupación de que la soja pueda afectar negativamente a la tiroides en individuos susceptibles (11-13).

Author: Gustavo Ferrer